El furor por los juegos de cartas nunca cesará y uno de los ejemplos más notorios es Pokémon TCG Pocket, el cual ha conquistado los smartphones de todo el planeta desde su lanzamiento. Sin embargo, en el pequeño pueblo de Kawara, en la prefectura de Fukuoka, están disfrutando de un formato similar, aunque con una apariencia completamente distinta.
Y es que tal y como recogen desde Tokyo Weekender, el Centro Comunitario de Saidosho está siendo testigo de un juego de cartas coleccionables en el que las imágenes pertenecen a ojisan, o lo que es lo mismo, hombres de mediana y la tercera edad. 47 cartas diferentes están incluidas en la colección y 28 de ellas presentan a varias figuras locales con estadísticas y habilidades especiales.
Por ejemplo, la carta Firewall muestra al Sr. Honda de 74 años, el cual fue el líder del cuerpo de bomberos de la ciudad durante décadas. Por otro lado, podemos encontrar al Maestro Soba, una carta con el Sr. Takeshita de 81 años y que regentó un local de fideos soba. A pesar de todo, el más popular de todos ellos es el Todoterreno, representado por el Sr. Fujii de 68 años y que se desempeñó como oficial de prisión que pasó a ser voluntario comunitario.
"Nunca imaginé que me convertiría en una carta coleccionable, y mucho menos tener fans", ha asegurado Fujii, el cual es un reclamos para los más jóvenes, quienes le piden autógrafos. Evidentemente, cada uno de ellos cuentan con ataques diferentes y pertenecen a tipos como eléctrico o fuego, acompañados de descripciones humorísticas.
Eri Miyahara, Secretaria General del Consejo Comunitario de Saidosho, es la responsable de crear este simpático juego, cuyo propósito es "fortalecer el vínculo entre los niños y las generaciones mayores de la comunidad. Hay tanta gente increíble aquí. Me parecía una lástima que nadie los conociera". El efecto está siendo apabullante, pues ahora "muchos niños han empezado a ver a estos hombres como figuras heroicas".
Los propios niños han tomado la iniciativa de participar en eventos locales y ser voluntarios en actividades comunitarias, los cuales les permiten conocer a los ojisan de las cartas. El objetivo principal del formato no era más que coleccionar, aunque ha sido la audiencia joven la que le ha impreso la característica competitiva. Ante esa nueva propuesta, Miyahara estableció reglas de combate y ha actualizado las cartas con versiones brillantes y laminadas.
Evidentemente, cada una de las cartas están hechas a mano y su disponibilidad es escasa por la fuerte demanda. Un paquete de tres cartas cuesta 100 yenes (0,63 euros), mientras que el de seis con una carta brillante se va hasta los 500 yenes (3,13 euros).
Imagen | Fuji News Network (FNN)
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